lunes, 27 de enero de 2014

FEBRERO 2014

Inscripciones en febrero del 2014
Identificar y determinar oportunamente la demanda de educandos en edad de cursar la educación básica para contribuir a la determinación de los recursos necesarios hasta nivel escuela. DEL 4 AL 17 DE FEBRERO 2014

A PARTIR DEL 3 DE FEBRERO SE PODRÁ INGRESAR AL SISTEMA ABIERTO
http://panel.educacioncampeche.gob.mx/control-escolar

Para descargar los archivos de las Inscripciones en Febrero 2014 haga click en el enlace alusivo al programa:(Formatos en Excel e Instructivo en Word)

Nivel Educativo:

miércoles, 22 de enero de 2014

El ídolo

El ídolo

    

A Don Rodolfo Guzmán, Enmascarado de Plata, El Santo
A Héctor Guzmán
Mario Olmos trabajaba como taxista cuando no encarnaba su identidad secreta. En casa, era todo un súper héroe a los ojos de su pequeño hijo Brandon, lo que le llenaba de regocijo junto al nacimiento de su hija Karina, que cumplía un mes de vida por esas fechas.
Era lunes, y aunque Mario no era un hombre enterado de los avatares políticos de México, observó con alegría los resultados de las encuestas realizadas días antes, que ponían al partido de estado por debajo de la oposición en las próximas elecciones. Esto le parecía prometedor, ya que comenzaba a pensar que el constante aumento de precio que sufría la vida en México no era a causa de la naturaleza o el destino. A alguien tenía que atribuirse, y sin duda la lógica señalaba al gobierno.
Mario sólo compraba el periódico los lunes. Era, como tantos mexicanos varones, aficionado desde temprana edad al balompié, aunque su verdadera motivación para desembolsar ocho pesos a cambio de un montón de papel con tinta era otra: En la sección deportiva del diario, se buscaba a sí mismo. No buscaba una foto de un cuarto de tabloide, o de un octavo, o un recuadro siquiera. Buscaba únicamente una mención, una cita breve ya fuera en letras chicas o muy chicas. Pero no buscaba escrito Mario Olmos.
Tomaba Mario la hoja de deportes y buscaba su nombre, revisando rápidamente y de cabo a rabo las reseñas, y si en alguna ocasión llegaba a leer su nombre de pila en algún texto no se detenía para revisar si se refería a él. Mario era deportista y por ello se buscaba a sí mismo en las crónicas, por eso recorría cada lunes las líneas que se publicaban en rincones pequeños, en espacios que parecían un escueto relleno de los enormes titulares sobre el partido de ida que se había realizado el sábado en el Estadio Azteca; y su búsqueda tenía como objeto el hallazgo de dos palabras: Estrella Azul. Ese lunes era especial para el joven Mario. Había cumplido los veinticuatro hacía ya más de tres meses, y entonces, entre meditaciones sobre el tiempo que le restaba para poder lucir un físico joven, se había propuesto mandarse a hacer un equipo nuevo; por lo que recurrió a una sastrería especializada ubicada en Nezahualcóyotl. Se había levantado temprano como todos los días, había encendido el motor de su volkswagen de servicio público no sin antes haberse persignado frente al rosario que colgaba del espejo retrovisor; sólo que esta vez no tenía fija en la mente la idea de dirigirse al paradero del Metro Pantitlán a buscar pasaje: lo que Mario había decidido hacer a primera hora era desplazarse lo más rápido posible a recoger su nuevo equipo, ya que el martes había conseguido una fecha para presentarse por primera vez en su carrera en la Arena Naucalpan, una de las más prestigiadas de la periferia. Desde que se inició como profesional en la lucha libre, la Estrella Azul había pisado los cuadriláteros de varias arenas –sin mencionar las incontables participaciones en funciones de lucha al aire libre, en ferias y festejos de patronos locales-: San Juan Pantitlán, Azteca Budokán, Xochimilco y la que consideraba como su mayor logro en cuanto a locales prestigiosos se refiere: la Arena López Mateos de Tlalnepantla. Hacía tiempo que Mario había dejado de soñar el nombre de la Estrella Azul en las portadas de la prensa especializada o en las marquesinas de la Arena México de la Colonia Doctores, una de las arenas más prestigiadas del mundo. Le complacía, sin embargo, recibir la oportunidad de trabajar de manera relativamente constante, que le brindaban varios promotores del espectáculo de la lucha libre. Esa mañana, había detenido el volkswagen en la calle de Plateros. Dobló el periódico y lo introdujo en la guantera, sacó de su cartera los ochocientos pesos que tenía que pagar y se acercó a un zaguán negro frente al que descansaba un perro adormilado que parecía imposibilitado para abrir su ojo izquierdo. Tocó el timbre y salió un muchacho de unos doce años despeinado, con una camiseta estampada con el escudo de las Chivas del Guadalajara y pantalones cortos. El gesto del niño denotaba desconfianza. -¿Sí? ¿Qué desea? –Cuestionó el jovenzuelo. Mario sabía de buena fuente que en ese lugar se elaboraban las máscaras, mallas y demás arreos de varias de las estrellas más fulgurantes de la lucha libre, y no pudo evitar pensar que si él fuera uno de ellos el chico, en lugar de preguntar, hubiera entrado corriendo para volver casi de inmediato con el equipo en las manos, y en el mejor de los casos con una libreta y una pluma para el autógrafo de rigor. Miró hacia ambos lados como si en vez de recoger un encargo estuviera realizando una labor de espionaje para una agencia de investigación y describió lo que había encargado, a lo que el muchacho respondió diciéndole que esperara. Poco después el niño volvió con una bolsa de plástico negra entre las manos. –Dice mi tío que le restan ochocientos pesos. –Arguyó. Mario estiró la mano y entregó el fruto de muchas horas frente al volante. Volvió a su automóvil y cual niño ansioso al que su padre acaba de comprar el juguete anhelado y desea desgarrar de inmediato la envoltura, abrió la bolsa y extrajo la máscara de su propia creación, en cuyo frente se veía una estrella azul cielo compuesta de lentejuela, cuyo pico superior llegaba arriba de la frente, y los dos inferiores bordeaban la quijada. Todo lo demás era un fondo blanco con pequeñas piedras transparentes, espaciadas por dos o tres centímetros. Miró largamente la máscara y luego fijó toda su atención en las mallas: tela elástica blanca, dos líneas azules en los costados con una estrella azul a la altura de los muslos que parecía haber sido hecha a escala utilizando la de la máscara. Las rodillas estaban adornadas con un rectángulo y sobre él tres estrellas, una más grande arriba y al centro, dos más chicas abajo. Sobre la malla una trusa de luchador de elástico plateado. Las botas, que por primera vez había mandado a hacer –siempre y por ahorrar unos pesos las había utilizado sin ningún distintivo particular-, tenían también una pequeña estrella azul de cada lado. La capa era toda azul, cubierta de lentejuela grande.
Mario tenía decidido cambiar su equipo de luchar, pero había hecho oídos sordos a los consejos de su amigo Brian López, quien le había recomendado ponerse un traje con estilo espacial, lleno de picos y cuernos y una peluca en la máscara, muy ad hoc con la modernidad que la televisión había traído al espectáculo de la lucha libre. Abrazó la bolsa que contenía su otro yo y decidió no trabajar el taxi ese día, para ir a casa a mirarse con su nueva imagen. Para Mario, Estrella Azul representaba su faceta más plena: era el perder el anonimato sin perderlo, era dejar de ser taxista para ser héroe, era ser estrella efímera pero estrella, era el aplauso del público poco o mucho pero público al fin; era la ovación igualmente valiosa de la propia familia, acostumbrada a observar la gran mayoría del tiempo a Mario Olmos, pero que en los momentos en los que éste moría para dar paso a la Estrella Azul se convertía en una familia más gritando a todo pulmón dentro del coliseo pletórico.
Volvió a su casa temprano y saludó con un beso a su cónyuge. Vivía en una unidad habitacional del oriente de la ciudad, justo en los límites con el Estado de México. Los edificios estaban construidos con ladrillos naranja, y entre ellos se veía una plancha de concreto cubierta por niños que se divertían en columpios, resbaladillas y bicicletas. Todos los departamentos eran iguales arquitectónicamente, pero decorados de forma particular por cada familia. En el de Mario había fotografías de El Santo con marcos de madera barnizada, recortes de periódico de cada ocasión en que el reportero había mencionado su nombre –no pasaba de diez ocasiones en seis años que llevaba como luchador-, fotos de Estrella Azul en diferentes posiciones y hasta arriba, muy cerca de una imagen de la Virgen de Guadalupe, una fotografía suya con su esposa y con Brandon, cuando éste tenía cinco años.
Al entrar a su edificio, Mario sacó la llave de su departamento, fue al cuarto de Brandon y lo cargó. Deseaba desde hacía tiempo mandar a hacer máscara y capa para uso del pequeño –al que llamaba campeón mundial-, pero siempre sobraban los gastos en el hogar y el proyecto quedaba en eso. Mario no bebía desde aquella ocasión cuando tenía 19, en que trabajando como chofer estrelló la camioneta de su patrón por haber abusado de las copas. Esta vez, sin embargo, decidió enviar a Brandon por un par de cervezas grandes. La tienda de abarrotes se encontraba a dos cuadras de distancia, por lo que no le preocupaba en lo más mínimo que el pequeño de diez años se desplazara sólo hasta allá, y lo último en pasarle por la mente era el hecho de que era ilegal vender alcohol a menores. Se sentó y en vez de encender la televisión como cotidianamente lo hacía, pensó en correr rumbo al gimnasio a hacer algunas flexiones; le preocupaba sobremanera no cumplir las expectativas en su presentación en la Arena Naucalpan. Decidió ir a su cuarto y buscar unas mallas que utilizaba para entrenar, y en ése momento irrumpió Brandon cargando dificultosamente una bolsa de mercado con las dos botellas de cerveza. Resolvió Mario, intempestivamente, que el gimnasio no era menester en ése momento –de un instante a otro estaba plenamente seguro de su propia condición atlética- y sacó con un rápido movimiento el destapador de llavero que traía siempre en los bolsillos.
Luego de terminarse la cerveza, caminó a su cuarto donde su esposa Maira tejía sentada al borde de la cama matrimonial que recién habían comprado a plazos. Sacó otra vez el equipo y lo extendió sobre la cama esperando el comentario de la mujer, que siempre había sido su consejera en cuestiones de indumentaria. –¡Mario, se te va a ver muy bien! –Dijo Maira con una sonrisa en los labios. Se sentía orgullosa de tener un marido luchador. Mario respondió quitándose la ropa y vistiéndose con las entalladas mallas y la máscara, lo que su pareja observó atentamente dejando sobre el buró la prenda infantil que estaba elaborando. Cuando hubo terminado de ataviarse, Mario se contempló en el espejo del modesto tocador que habían adquirido cuando recién casados y miró a la Estrella Azul con asombro y hasta admiración, como si no se tratase de su propio cuerpo. Posó en varias posiciones como si lo estuviese haciendo frente a la cámara del reportero gráfico, se volvió y sonrió a su mujer. Parecía olvidar que la máscara cubría su boca, pero era en realidad Mario Olmos y no Estrella Azul quien sonreía en ese momento. Caminó hacia la puerta y la cerró de un golpe poniendo el pasador. Abrazó a su esposa y se entregaron a las caricias, para después quedar profundamente dormidos.
Cuando Mario despertó, su mujer había abandonado la cama para dirigirse a la cocina a preparar la merienda de Brandon. Miró el reloj, que ya marcaba las nueve de la noche. Durmió otra vez hasta las once con cuarenta de la noche. Volteó a su lado y Maira yacía profundamente dormida. Pensó en la Arena Naucalpan y su lucha del día siguiente.
Al amanecer, Mario se incorporó y observó que su mujer seguía dormida, pues Karina había estado despertándola con su llanto durante la noche, lo que era común, pero Mario era de un sueño tan pesado que ya había encontrado la forma de no despertar con los gritos de la bebé. Corrió a buscar algo de comer para no despertar a Maira, y encendió su taxi para ir a trabajar. Olvidó persignarse y salió de inmediato. En el refrigerador, había dejado una nota: “Nos vemos a las nueve en la Arena Naucalpan. Llevas a los niños”. Mario llevaba de nueva cuenta su equipo en la bolsa negra, y todo el día estuvo pensando en su presentación. Casi no charló ese martes con los pasajeros, pues prefería imaginarse parado con el brazo en alto en el esquinero del ring de la arena completamente llena de aficionados coreando a una sola voz el nombre de la Estrella Azul. Su último viaje lo realizó a las ocho con quince de la noche rumbo a la Colonia Obrera, en la zona centro de la Ciudad de México. De ahí, corrió lo más rápido que pudo hacia Naucalpan. La Arena Naucalpan era un local de tradición en el mundo de la lucha libre. En ella se efectuaban eventos de lucha libre los jueves y domingos, y recién había comenzado a transmitir sus funciones de los jueves por la noche en una cadena deportiva norteamericana, lo cual le daba cierto realce en el medio. Esta función era de corte extraordinario, pues no se acostumbraban los eventos en martes. Los fondos recaudados servirían para los gastos médicos del luchador Brujería, que había caído estrepitosamente sobre el concreto que rodea el cuadrilátero durante un encuentro y no tenía los medios para cubrir el costo de su tratamiento. Por ende, los luchadores que en solidaridad con el compañero participarían en esa función no recibirían retribución alguna. A Mario no le importaba. Entró al local, en cuya puerta había un hombre con una lista de luchadores. –Estrella Azul. –Dijo Mario sin más. –Pásale. –Fue la respuesta que el robusto encargado le dio. Mario entró por primera vez a los vestuarios de la Arena Naucalpan, donde dejó su maleta, que contenía el equipo que estrenaría además de cintas para las muñecas, aceite para el cuerpo y otros menesteres. Se puso su máscara y salió a la taquilla para pedir un volante con el cartel impreso (programa de mano, dicen en el medio). Al salir, un grupo de chiquillos corrió hacia a él empuñando toda suerte de papeles en la mano (libretas, programas de mano, servilletas) para pedir autógrafo. Estrella Azul dio todas las firmas que pudo y no pudo evitar, pese a tener seis años como luchador, sentirse sumamente halagado e importante. Al llegar a la taquilla y tomar el programa buscó su nombre, y lo encontró en la segunda lucha. La gente comenzaba a entrar y a percibir su presencia. Estrella Azul se escabulló en los vestidores. Empieza la función, y Estrella Azul se prepara para subir al cuadrilátero. La primera lucha, la de calentar lona, termina pronto. Un pequeño espacio antes del siguiente encuentro, amenizado en el sonido local por los éxitos musicales del momento. El público eufórico, las porras ruda y técnica sonando matracas y cornetas, lanzando por los aires tiras de espuma en spray hecha en China; el vendedor de cerveza, los mascareros, el ambiente pleno de fiesta y jolgorio popular. Una arena de lucha libre medio llena o medio vacía. Suena una canción y la tercia ruda emerge provocando al público con ademanes e insultos, y el público responde de la misma forma. La porra ruda y la porra técnica se hacen de palabras. El pasillo vuelve a convertirse en el foco de atención de la concurrencia cuando se percibe el cambio de música en el sonido local, de la tonada terrorífica que anunció el arribo de los rudos a una estridente melodía electrónica, que abre paso a los técnicos ante la algarabía general. Estrella Azul recibe el aplauso de la afición conocedora que no lo conoce. Sube al cuadrilátero el anunciador, toma el micrófono y presenta a los luchadores. Comienza el encuentro y Estrella Azul es el segundo de su esquina que recibe el relevo para ingresar a combatir. Toma a su adversario la Bestia del Apocalipsis por el brazo y lo lanza de un solo empujón a las cuerdas, para recibirlo de regreso con una quebradora. El público, ésa pléyade de rostros y de historias que se funden en una sola masa, que grita al luchador lo que desearía gritar al jefe, al marido, al mecánico, al proveedor, al tipo de las noticias, a los hijos; celebrando el movimiento realizado por la Estrella Azul que se siente pleno, grande, realizado. En ése momento, en la arena Naucalpan, únicamente existían Estrella Azul y su público. Sus admiradores que lo olvidarán al salir o al día siguiente o muy pronto, pero que de momento aplauden gozosos y satisfechos, llenos de admiración por lo que contemplan. Varios relevos, dos caídas –una para cada bando- y Estrella Azul, como lo tenía previsto, obtiene el triunfo con una llave de rendición en la tercera ronda. Noche de martes gloriosa e inolvidable para Estrella Azul, que de nueva cuenta, como seis años atrás, se imagina a sí mismo en las portadas de las revistas especializadas y en el turno estelar de la Arena México. Baja del encordado dando la mano a propios y extraños y se pierde de nueva cuenta en los vestidores mientras suena, a manera de festejo, la misma canción con la que fuera presentado junto a sus dos compañeros.
Mario Olmos se despide de promotor y compañeros, carga su maleta y se retira de la arena, para encontrarse con Maira y sus hijos que ya lo esperaban con impaciencia. Mario enciende su taxi y lleva a cenar a la familia con una sonrisa de satisfacción en los labios. Esa semana compraría el periódico en miércoles.

Miguel G. Fonseca

© 2003

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http://www.elcuento.com/index.php
Saludos, espero te diviertas.

martes, 14 de enero de 2014

Sopa de letras. Planeación Bloque 3. Educación primaria

Unas sopas, para todos los grados de Educación Primaria
Agradecimiento a la Escuela Primaria Profra. Antonia López Ochoa de Camargo, Tams.: zona141camargotam.wordpress.com.



SOPAS DE LETRAS BLOQUE 3 TODOS LOS GRADOS


Espero les sea útil y... si los resuelven, los disfruten.


Y ¿LAS PLANEACIONES DEL TERCER BIMESTRE?


Queda a su justo juicio y criterio el uso que a ellos les dé. Tome en cuenta que ninguna planeación tiene las mismas características, pero que el intercambio o el compartir enriquece los propios. Saludos

CUARTA SESIÓN DE CONSEJO TÉCNICO 13-14


El CTE es un espacio estratégico para la construcción de una comunidad de aprendizaje que toma en sus manos su escuela, que orienta sus acciones a partir de los resultados que obtiene cada uno de sus alumnos y fomenta en ellos la capacidad para aprender a aprender y aprender a convivir.
Bajo esta premisa, se presenta esta guía de actividades para la cuarta sesión ordinaria de los Consejos Técnicos Escolares.
Es menester recordar que la guía es una herramienta de apoyo para que la escuela organice y optimice el tiempo destinado a la sesión del Consejo.
Es el Consejo, en última instancia, quien toma las decisiones de cómo organizar los tiempos de la sesión, teniendo como objetivo la mejora continua de la escuela orientada hacia el mayor logro en los aprendizajes de cada uno de sus estudiantes.
También distribuidos en tres momentos:
En el primer momento, el CTE converse en torno de los avances logrados en la atención de las tres prioridades del Sistema Básico de Mejora: normalidad mínima, mejora de los aprendizajes y alto a la deserción escolar, a partir de hacer un balance del cumplimiento y efectividad de las acciones y compromisos que han incorporado a la Ruta de Mejora en las sesiones de la fase intensiva y en las sesiones ordinarias.
En el segundo momento, a partir de la construcción de indicadores de logro, el CTE realiza un análisis comparativo de los avances obtenidos a lo largo del ciclo escolar en torno de la asistencia regular de los alumnos a la escuela, la participación en clase, los niveles de desempeño alcanzados y los progresos en las competencias lectoras.
En este momento del ciclo escolar, se estima que algunas escuelas ya han instaurado de manera permanente las Actividades para empezar bien el día, hacer un recuento, valorar su pertinencia y comprometerse a una nueva práctica.
Se proporcionan algunos recursos para el éxito de las actividades.
Control de evaluación de lectura:
Espero sea de utilidad.

viernes, 10 de enero de 2014

CURSOS DE FORMACIÓN CONTINUA CARRERA MAGISTERIAL 13-14

Con valor en carrera magisterial, conforme a los lineamientos vigentes para el ciclo escolar 2013-2014.
Los trayectos formativos ofertados por la Subdirección de Educación Primaria son los que corresponden a la Jefatura de sector y Supervisiones Escolares.
La ficha de inscripción la descargan aquí.

Los pormenores de los TRAYECTOS FORMATIVOS están descritos en la circular 08, cada uno es de 120 horas distribuídos en tres módulos.

La calendarización de los mismos será:
VESPERTINO
15 A 20 HRS.
1º MODULO
DEL 17 AL 26 DE FEBRERO
2º MODULO
DEL 18 AL 27 DE MARZO
3º MODULO
DEL 19 AL 28 DE MAYO



SABATINO
8 A 16 HRS.
1º MODULO
DEL 15 Y  22 DE FEBRERO
DEL 15, 22 Y 29 DE MARZO
2º MODULO
DEL  5 Y 12 DE ABRIL
DEL 3,10 Y 17 DE MAYO
3º MODULO
DEL 24 AL 31 MAYO
DEL 7,14,21 Y 28 DE JUNIO













Para mayor información acudir a la zona escolar que le corresponda o con la dirección de su escuela.

LOS CENTROS DE MAESTROS OFERTAN OTROS CURSOS.
HECELCHAKÁN
  
CALKINÍ

martes, 7 de enero de 2014

Circular 008 Relativo a los trayectos formativos 13-14 Primaria


San Francisco de Campeche, Cam., a 16 de diciembre de 2013.
CC. JEFES DE SECTOR, SUPERVISORES Y
DIRECTORES DE ESCUELA, DEPENDIENTES
DE LA SUBDIRECCION DE EDUCACION PRIMARIA
P R E S E N T E S.
Con base en la Convocatoria publicada, el día 15 de diciembre del presente año, relativo a los Trayectos Formativos a ofertar, con valor a Carrera Magisterial, donde se otorgan 40 puntos a docentes frente a grupo con PAE y 50 puntos para docentes frente a grupo sin PAE, Directivos y Apoyos Técnicos Pedagógicos en el Factor de Formación Continua para la XXIII Etapa, 2013-2014, y específicamente en donde se señala que para la atención de los Docentes, Directivos y Asesores Técnico Pedagógico de Educación Básica, podrán inscribirse de acuerdo al comunicado que deberá emitir el nivel educativo correspondiente; esta Subdirección de Educación Primaria, tiene a bien dar a conocer el presente COMUNICADO, relativo al procedimiento a que se sujetarán todos y cada uno de los interesados, adscritos a este nivel educativo, en el proceso de su inscripción:
1.- TRAYECTOS FORMATIVOS A OFERTARSE

 No.
NOMBRE DEL CURSO
CLAVES Y No. DE HORAS
VERTIENTE
1
TF LENGUAJE Y COMUNICACIÓN 2
LA COMPRENSIÓN LECTORA
TRF230040
120 HORAS
1ª, 2ª Y3ª.
2
TF PENSAMIENTO MATEMÁTICO 1
TFR230045
120 HORAS
1ª Y 3ª
2.- PARTICIPANTES.
Podrán inscribirse y participar los docentes frente a grupo, directivos y ATP, transferidos y estatales en la 1ª, 2ª y 3ª vertientes de Carrera Magisterial que deseen incorporarse, promoverse o actualizarse.
3.- INSCRIPCIONES, GRUPOS, FECHAS, TURNOS Y CAPACIDADES DE ATENCIÓN.
a) Los interesados en participar podrán inscribirse en los Trayectos formativos a ofertar que corresponda al nivel de Educación Primaria y a la vertiente que le corresponda.
b) Los docentes que cursan actualmente cualquiera de estos Trayectos Formativos en los Centros de Maestros, harán su proceso de inscripción en los mismos; La Subdirección de Educación Primaria, únicamente recepcionará los documentos de los Profesores que no los estén cursando.
En el caso de Habilidades Digitales para Todos (HDT), los docentes se inscribirán en la Coordinación de Educación a Distancia. La Subdirección de Educación Primaria no recepcionará ninguna documentación para este Curso.
c) Las inscripciones serán del 16 de diciembre de 2013 al 24 de enero de 2014 en las Supervisiones Escolares y ningún caso de inscripción podrá aceptarse después del cierre de la fecha establecida.
d) Al inscribirse se entregará al participante un comprobante, mismo que deberá presentar obligatoriamente al asistir al Trayecto Formativo y sede de su elección y todos los datos serán incorporados al sistema automatizado de registro.
Es importante señalar la relevancia que tiene el recibir esta información en el tiempo estipulado, para organizar y conformar los grupos y sedes que se establecerán, así como informar a los participantes en un próximo comunicado.
4.- REQUISITOS
Todos los interesados deberán entregar al momento de su inscripción los siguientes documentos:
- Copia de la Cédula de Inscripción a Carrera Magisterial Etapa XXIII.
- Copia de su último talón de cheque (que sea legible)
- Ficha de inscripción
5.- DEL RESULTADO DE LA DEMANDA
a) Es necesario puntualizar que las sedes, fechas y turnos, para los Trayectos Formativos ofertados, se les dará a conocer considerando la demanda de los profesores inscritos y esto se podrá realizar con los resultados obtenidos del proceso de inscripción.
b) Las fichas de inscripción para el registro de profesores de las 3 vertientes estarán avaladas en el momento de su inscripción por la autoridad correspondiente, Supervisor o Jefe de Sector Escolar o la persona que estos designen.
c) Los Jefes de Sector Escolar, una vez recepcionada la documentación de los profesores interesados en participar la entregarán a esta Subdirección de acuerdo al siguiente calendario:
CRONOGRAMA DE RECEPCION DE DOCUMENTOS
 SECTOR ESCOLAR
LUGAR DE ADSCRIPCION
FECHA DE ENTREGA
II Y VI
CAMPECHE Y CANDELARIA
27 DE ENERO DE 2014
I Y IV
CAMPECHE Y CARMEN
28 DE ENERO DE 2014
VII Y VIII
CHAMPOTON Y CAMPECHE
29 DE ENERO DE 2014
III Y V
CALKINI Y ESCARCEGA
30 DE ENERO DE 2014